“Ese no es mi nombre” La voz de Halim Guanawan y no Guanowa
hizo eco en la sala de conferencias en la que todos estábamos teniendo una
reunión. Habían escrito mal su nombre en la oficina donde él iba a estar el
resto del año. “El nombre es lo más básico que alguien puede tener. Si no puedo
tener eso, ¿Qué me queda?”
Si bien creo que todos coincidimos en que había sido un poco
exagerada su reacción, yo pude entender al pobre hombre. Mi apellido es muy
largo y muchas veces lo escriben mal o me llaman por un
solo nombre. Siempre es Martínez, o Reumann, o Reuma, o Reuman o Reuteman y a
veces Neuman. Me suelen preguntar “¿Cuál de los dos apellidos pongo?”, y si
bien les contesto que prefiero que me llamen por mi nombre completo casi nunca
lo hacen. Creo que hablo por muchos cuando digo que cada vez que alguien se
toma la libertad de manipular tu nombre uno siente que algo de la identidad se
pierde.
El nombre que tenemos lleva mucho más significado de lo que
pensamos. Cada parte lleva algo de padres, escribe sobre nuestros ancestros y
su pasado, guarda algo de distintos lugares, corrige idiomas y elige el género.
Hay muchos que se cambian el nombre para dejar atrás su pasado e incluso un
sexo al que no sentían pertenecer, y hay muchos que abrazan su nombre como
insignia de lo mucho que el otro no va a invadir aquello que lo representa.
Este pequeño incidente hubiera pasado al olvido si no hubiera
sido porque me enteré en esa misma reunión que algunos días después me iba a
ver a mi misma invadiendo la identidad de mis alumnos. Yo tenía que ponerles
nombres en inglés.
Sí, verán, acá en China todos o casi todos tienen dos
nombres, uno es el suyo, el que le pusieron sus padres, el otro es uno que le
puso su maestro de inglés en la primaria, y ese es en inglés.
Al repasar las listas de mis alumnos que la asistente me
había dado al principio de la reunión encontré nombres como Homer, Moe y Barney,
Waldo, Superman, Catniss Everdeen, Frodo, Saruman, Cartman, Kyle y Stan, y sí
Tyrion Lannister. Olvidé mencionar a The Sun Night (por The Dark Night), Hello
Kitty y como no a Ice Cream. Sí, se llama Helado el pequeño.
Algunos eligen su nombre, muchos no.
Me sentía como aquel día en que le puse nombre a mi perro (mi cocker spaniel se llama Newton y siempre digo que es muy inteligente), solo que esta vez no quería hacerlo. Tanto es que no quería hacerlo que pedí no hacerlo.
Al verme tan terca, Erin, la asistente del director, me dijo algo que es muy cierto. Yo tengo
más de doscientos alumnos de los cuales no puedo pronunciar correctamente el nombre
de ninguno. Y por más que lo intentara, no tenía registro en mi memoria de ninguno de sus nombres. Zhang, Li Guo y Pao no son nombres tan recordables para mí. Erin me explicó que dar un nombre
nuevo es siempre mucho más amigable que dar un número (me enteré poco después
que sus profesores muchas veces los llaman por su número). Ok, lo había
comprendido.
Es el día de hoy que todavía me
cuesta pensar que Emma, Ned y Arya son nombres que puse yo. Me cuesta más
pensar que son nombres que tienen mucho significado para mí, pero que para
ellos probablemente no, aunque empiecen con la primera letra de su nombre chino.
Y temo casi todos los días que alguno de mis alumnos o colegas me pregunten:
¿Por qué yo tengo un nombre en
inglés y vos no tenés uno en chino?
- My Name, My Identity es un poema del poeta nigeriano Femi Amogunla. Si tienen tiempo de leerlo o mirar el video (porque es un poeta oral) se los recomiendo. Nos deja pensando en qué significa tener un nombre.
Sofi sos una genia... me encanta lo que pensas y ahora trasmitis.
ResponderEliminarEse nombre que nos dan al nacer nos hace dueños de una identidad que nos da nuestros antepasados y la llevaremos con orgullo hasta el final de nuestros días (pero será lo único que no habremos podido decidir).
Podremos cambiarlo, reducirlo, mejorarlo porque no nos gustaba, buscar un pseudonimo, ¿será pensando en los demas?, ¿que intenten suponer algo distinto a lo real? Puede ser ¿Sera para no generar un prejuicio infundado? Seguramente.
De todas maneras lo que hacemos cada uno de nosotros cada momento nos da una identidad, para nosotros y nuestros seres queridos.
Te mando un beso y un abrazo grande.