Cuando me mudé a China tenía la ilusión de que acá las
mujeres tenían el título de “jefa”. Basta con ir al barrio chino para ver cómo
son las mujeres las que llevan los negocios. También se puede ir a Min Min, el
restaurant de Las Cañitas, para ver cómo Ling dirige el lugar con inmaculada
eficiencia, dando direcciones en chino y su elemental español y muchas veces
hasta regañando a su esposo. Me parecía casi imposible aceptar que la sociedad
china fuera machista como todo el mundo me decía.
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La dinámica hombre-mujer en China a los ojos de una mujer occidental |
Cambié de opinión el primer día que pisé este país y se me
ocurrió preguntarle a un hombre cómo llegar a los jardines de Yuyuan en
Shanghai. De unos treinta años y algo más bajo que yo, el hombre aprovechó el
paseo desde la plaza del pueblo hasta el lugar para mostrarme fotos de su
esposa y y darme una lección de vida. Yo ya había estudiado en la universidad,
ya había viajado y trabajado algunos años, ¿Qué esperaba para casarme bien,
dejar de trabajar y ayudar a mi esposo? No hace falta mencionar la lista de
argumentos en contra que se me habían enredado en la lengua ni lo rojo furia
que irradiaba mi rostro ¿Cómo se atrevía a decirme semejante estupidez? ¿Por
qué nadie lo había intentado frenar antes en una situación similar?
Fue entonces que tuve que aceptar que estaba equivocada: la
sociedad china es machista. Ayer mismo leí un artículo en el que una famosa
artista china, Zhang Yue, explica que según la cultura tradicional china y su
fundamentación en el confucianismo, la mujer es una propiedad más del hombre,
como un adorno o una silla; no tiene sus propias opiniones y debe decir lo que
los demás les digan.
Por supuesto no siempre es verdad, las desigualdades entre
hombres y mujeres se ven cada vez menos. Pero basta con ir a un restaurant
chino para observar la dinámica hombre-mujer: en una de las tantas habitaciones
privada los hombres beben hasta el fondo, ríen probablemente un poco borrachos
y hablan de negocios, de política y de trabajo mientras sus esposas permanecen calladas a su
costado probando pequeños bocados y apenas llevándose el vaso a los labios si
es que están bebiendo algo. Es un poco difícil entender que las mujeres muchas veces aceptan esta pasividad sin titubear.
En lo que a mí me concierne, soy demasiado independiente y
muy mujer como para aceptar estas reglas que no están escritas, así que hoy les
voy a hablar de cómo es que no respeto
en lo más mínimo el principio fundamental y natural de los hombres casi todas
las mañanas.
En las pistas
En china la figura de poder siempre es el hombre. El hombre
es fuerte, valiente, habilidoso y virtuoso, mientras que la mujer no es así
naturalmente.
Los deportes no son la excepción.
Si bien en el colegio tanto hombres como mujeres tienen que
hacer ejercicio (si tienen como en “deben”), se espera que el hombre sea más
que la mujer en todo lo que practica. Incluso correr largas distancias.
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Disculpen, tengo que pasar. |
Desde que había llegado no había encontrado condiciones tan
adecuadas: una superficie perfecta para
correr, el clima indicado, un bajo nivel de contaminación por ser tan temprano…
solo había un problema. Mis compañeros de pista eran muy lentos al correr. Si
hubiera podido correr en cualquier lado no hubiera pasado nada, pero solo se
pueden usar ciertos andariveles.
Como algunos saben, me
pongo muy ansiosa cuando alguien corre frente a mí y me impone una velocidad
inferior a la que yo corro. Me irrito, me aburro, me canso y muchas veces
abandono… salvo que los pase y siga a mi ritmo normal.
Así es que respeté el orden un par de minutos y cuando no
aguanté más me adelanté y pasé a los tres hombres que estaban conmigo ese día. Noté que los tres me siguieron con la
mirada y creo que un tercero sacó el brazo, como si quisiera intentar frenarme.
Juro que no fui consiente de la vergüenza que les había
provocado (acá, perder la integridad o sentir vergüenza es algo muy serio hasta
en este tipo de situaciones). Seguí corriendo, ahora libre y sin restricciones.
Hasta que volví a tenerlos en frente. Para ese entonces, los tres miraban para
atrás a ver dónde estaba yo, y aceleraban de a poco.
Riendo por lo bajo y animada por lo que estaba sucediendo,
también aceleré y les sonreí, sí, un poco desafiante. Lamento no haber tenido
una cámara para sacarles una foto. Un popurrí de expresiones faciales. De repente uno gritó algo a los otros dos y juntos abandonaron la pista antes de que los pasara otra vez.
Para mi sorpresa ninguna de mis compañeras en la oficina rió al escuchar la anécdota, pero sí me hicieron saber que había sido
mucho para ellos ser “vencidos” en esa vuelta. El aura de autoconfianza
se había esfumado.
Juro que
todos los días voy correr a la misma hora que ellos y los tres
hombres (e inclusive otros) abandonan la pista apenas la piso.
¿Coincidencia? No lo creo.Tengo que admitir que mientras escribo esto me siento un
poco victoriosa.
Prometo escribir más sobre los hombres y las mujeres. Les
dejo enlaces muy interesante sobre el tema que me ayudan a entender lo que veo
todos los días:
- What Western Women Think about Chinese Men
- The New Yorker: In China, Vulnerable Women, Unwritten rules
- China, del Matriarcado al Machismo
- No Women at the Top in China
- El Hombre Chino Cree que la Mujer es una Propiedad
- Video: The Role of Women in China
¿Qué opinan?
jajaj, muy bien por vos, segui asi, esto del machismo de a poco tiene que ir mermando en todas las culturas! te digo que mientras ibas contando los hechos me sentia identificada jajaj!!!
ResponderEliminarTe escribí algo y lo borré sin querer. Es increíble lo que se vive a veces y lo que se ve. Juro que a las mujeres que me rodean les cortan mucho las alas en todo sentido y a veces me da mucha pena... hasta que me doy cuenta que a ellas no les molesta =) Es raro. Tiene que ir mermando, no? Cuando una ve que detrás de un hombre de negocios hay una gran mujer llevando todo, una espera que en el futuro sean ellas las que den la cara.
EliminarSofi
ResponderEliminarNo sé si me recordarás. Nos conocimos en una especie de evento en el Patio del Liceo (el de los peinados locos) y dp nos cruzamos varias veces en una empresa como profes.
Me leí todos tus posts y te quiero felicitar por tu tenacidad y valentía al emprender un viaje así. Te había empezado a escribir algo en el primer post y al final, por falta de tiempo,quedó en borrador.
Todo lo que contás es fascinante y me gusta mucho tu forma de escribir. ¡Me quedo por acá para seguirte!
Cómo no me voy a acordar!!! Mirá dónde terminé!!!!
ResponderEliminarGracias! Me gusta mucho escribir y gracias por leerme. Posta hay un millón de cosas de las que hablar en este lugar =) Seguís dando clases en empresas?
Te mando beso enorme!
que boludos. cuando los vuelvas a pasar, dalos un chirlo con buena onda para incentivarlos a entrenar más fuerte.
ResponderEliminarMe encanto esta historia. te juro que pude imaginar tu cara en mi mente. Sos una genia. Reina de la pista!
ResponderEliminarBelen Pino