lunes, 21 de octubre de 2013

Te juego una carrera, Machismo!

Cuando me mudé a China tenía la ilusión de que acá las mujeres tenían el título de “jefa”. Basta con ir al barrio chino para ver cómo son las mujeres las que llevan los negocios. También se puede ir a Min Min, el restaurant de Las Cañitas, para ver cómo Ling dirige el lugar con inmaculada eficiencia, dando direcciones en chino y su elemental español y muchas veces hasta regañando a su esposo. Me parecía casi imposible aceptar que la sociedad china fuera machista como todo el mundo me decía.

La dinámica hombre-mujer en China a los ojos de una mujer occidental
Cambié de opinión el primer día que pisé este país y se me ocurrió preguntarle a un hombre cómo llegar a los jardines de Yuyuan en Shanghai. De unos treinta años y algo más bajo que yo, el hombre aprovechó el paseo desde la plaza del pueblo hasta el lugar para mostrarme fotos de su esposa y y darme una lección de vida. Yo ya había estudiado en la universidad, ya había viajado y trabajado algunos años, ¿Qué esperaba para casarme bien, dejar de trabajar y ayudar a mi esposo? No hace falta mencionar la lista de argumentos en contra que se me habían enredado en la lengua ni lo rojo furia que irradiaba mi rostro ¿Cómo se atrevía a decirme semejante estupidez? ¿Por qué nadie lo había intentado frenar antes en una situación similar?

Fue entonces que tuve que aceptar que estaba equivocada: la sociedad china es machista. Ayer mismo leí un artículo en el que una famosa artista china, Zhang Yue, explica que según la cultura tradicional china y su fundamentación en el confucianismo, la mujer es una propiedad más del hombre, como un adorno o una silla; no tiene sus propias opiniones y debe decir lo que los demás les digan.

Por supuesto no siempre es verdad, las desigualdades entre hombres y mujeres se ven cada vez menos. Pero basta con ir a un restaurant chino para observar la dinámica hombre-mujer: en una de las tantas habitaciones privada los hombres beben hasta el fondo, ríen probablemente un poco borrachos y hablan de negocios, de política y de trabajo  mientras sus esposas permanecen calladas a su costado probando pequeños bocados y apenas llevándose el vaso a los labios si es que están bebiendo algo. Es un poco difícil entender que las mujeres muchas veces aceptan esta pasividad sin titubear.

En lo que a mí me concierne, soy demasiado independiente y muy mujer como para aceptar estas reglas que no están escritas, así que hoy les voy a hablar de cómo es que no respeto en lo más mínimo el principio fundamental y natural de los hombres casi todas las mañanas.

En las pistas

En china la figura de poder siempre es el hombre. El hombre es fuerte, valiente, habilidoso y virtuoso, mientras que la mujer no es así naturalmente.

Los deportes no son la excepción.

Si bien en el colegio tanto hombres como mujeres tienen que hacer ejercicio (si tienen como en “deben”), se espera que el hombre sea más que la mujer en todo lo que practica. Incluso correr largas distancias.


Disculpen, tengo que pasar.
He aquí que la que les escribe ama correr y se levanta todas las mañanas a entrenar para alguna importante carrera. Hasta ese día lo había hecho fuera del colegio y hasta dando vueltas manzana porque me daba vergüenza correr en la pista. No hay mujeres tan temprano a la mañana en la pista y, vistiendo una calza, correr con todos hombres me daba un poco de pudor. Dejó de darme vergüenza el día que probé lo agradable que era correr sobre esa superficie colorada.

Desde que había llegado no había encontrado condiciones tan adecuadas:  una superficie perfecta para correr, el clima indicado, un bajo nivel de contaminación por ser tan temprano… solo había un problema. Mis compañeros de pista eran muy lentos al correr. Si hubiera podido correr en cualquier lado no hubiera pasado nada, pero solo se pueden usar ciertos andariveles.

Como algunos saben, me pongo muy ansiosa cuando alguien corre frente a mí y me impone una velocidad inferior a la que yo corro. Me irrito, me aburro, me canso y muchas veces abandono… salvo que los pase y siga a mi ritmo normal

Así es que respeté el orden un par de minutos y cuando no aguanté más me adelanté y pasé a los tres hombres que estaban conmigo ese día. Noté que los tres me siguieron con la mirada y creo que un tercero sacó el brazo, como si quisiera intentar frenarme.

Juro que no fui consiente de la vergüenza que les había provocado (acá, perder la integridad o sentir vergüenza es algo muy serio hasta en este tipo de situaciones). Seguí corriendo, ahora libre y sin restricciones. Hasta que volví a tenerlos en frente. Para ese entonces, los tres miraban para atrás a ver dónde estaba yo, y aceleraban de a poco.

Riendo por lo bajo y animada por lo que estaba sucediendo, también aceleré y les sonreí, sí, un poco desafiante. Lamento no haber tenido una cámara para sacarles una foto. Un popurrí de expresiones faciales. De repente uno gritó algo a los otros dos y juntos abandonaron la pista antes de que los pasara otra vez.

Para mi sorpresa ninguna de mis compañeras en la oficina rió al escuchar la anécdota, pero sí me hicieron saber que había sido mucho para ellos ser “vencidos” en esa vuelta. El aura de autoconfianza se había esfumado.

Juro que todos los días voy correr a la misma hora que ellos y los tres hombres (e inclusive otros) abandonan la pista apenas la piso.

¿Coincidencia? No lo creo.Tengo que admitir que mientras escribo esto me siento un poco victoriosa.

Prometo escribir más sobre los hombres y las mujeres. Les dejo enlaces muy interesante sobre el tema que me ayudan a entender lo que veo todos los días:


¿Qué opinan?

6 comentarios:

  1. jajaj, muy bien por vos, segui asi, esto del machismo de a poco tiene que ir mermando en todas las culturas! te digo que mientras ibas contando los hechos me sentia identificada jajaj!!!

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    1. Te escribí algo y lo borré sin querer. Es increíble lo que se vive a veces y lo que se ve. Juro que a las mujeres que me rodean les cortan mucho las alas en todo sentido y a veces me da mucha pena... hasta que me doy cuenta que a ellas no les molesta =) Es raro. Tiene que ir mermando, no? Cuando una ve que detrás de un hombre de negocios hay una gran mujer llevando todo, una espera que en el futuro sean ellas las que den la cara.

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  2. Sofi
    No sé si me recordarás. Nos conocimos en una especie de evento en el Patio del Liceo (el de los peinados locos) y dp nos cruzamos varias veces en una empresa como profes.
    Me leí todos tus posts y te quiero felicitar por tu tenacidad y valentía al emprender un viaje así. Te había empezado a escribir algo en el primer post y al final, por falta de tiempo,quedó en borrador.
    Todo lo que contás es fascinante y me gusta mucho tu forma de escribir. ¡Me quedo por acá para seguirte!

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  3. Cómo no me voy a acordar!!! Mirá dónde terminé!!!!
    Gracias! Me gusta mucho escribir y gracias por leerme. Posta hay un millón de cosas de las que hablar en este lugar =) Seguís dando clases en empresas?
    Te mando beso enorme!

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  4. que boludos. cuando los vuelvas a pasar, dalos un chirlo con buena onda para incentivarlos a entrenar más fuerte.

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  5. Me encanto esta historia. te juro que pude imaginar tu cara en mi mente. Sos una genia. Reina de la pista!
    Belen Pino

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